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DE LO CATÁRTICO EN ALGUNOS POEMAS DE PABLO NERUDA

Por: Camilo Peláez

Publicado: 2014-04-18

Decía un profesor que me enseña en la universidad, que en la poesía es muy importante la catarsis ¿Por qué? Porque la poesía, como proceso de creación, es una expresión, y al ser una expresión requiere de una depuración, una purificación. ¿Y una purificación de qué? Probablemente especulo al decir que la purificación es del alma; y digo que especulo porque no hay una creencia genérica sobre el alma. Por lo tanto es algo relativo, sin embargo, no me atrevo a decir que la depuración sea algo falso. Pero quien les escribe tiene creencias afines para con el alma, por lo tanto veré lo catártico en Neruda, como la purificación de su alma.  

Debo aclarar que mi gusto por la poesía de Pablo Neruda, no es que sea el más fuerte, pero leyendo alguno de sus poemas, sentí una gran liberación que estaba en su fuerza poética. ¿A qué me refiero con fuerza poética? Me refiero a lo que nos llega y cómo nos llega. Cuando leo a Whitman, me llega una gran liberta, y me llega mediante su nobleza al escribir. Ningún tema lo limitaba. Con Neruda me llegó algo muy diferente. Me llegó nostalgia y dolor. ¿Y cómo me llegó? Mediante ese efecto catártico del que hablaba en un comienzo. Neruda se va al pasado, utilizando la retrospectiva; y parece no querer regresar. Pero debe volver al presente para poder liberarse de eso que lo hace ir a su pasado, y así llevar a cabo la catarsis.

Un primer ejemplo de este caso, lo podemos ver en su poema veinte:

“Ella me quiso, a veces yo también la quería.

Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos”

Con esto podemos ver su mirada al pasado. Dice que ella lo quiso, y confirma su pasado al decir que “a veces” él también la quería. Y con ese a veces nos advierte que no siempre la quería. Pero amaba algo: ésos grandes ojos fijos. Neruda ya está haciendo el camino para la catarsis.

“Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Pensar que no la tengo, sentir que la he perdido”

Cuando dice que puede escribir los versos más tristes esta noche, ya nos pone en el presente. Hasta nos ubica en el tiempo: es de noche. Pensar que no la tiene, sentir que la ha perdido. Ya ¡se liberó! Piensa que no la tiene, y esto le da nostalgia. Siente que la ha perdido, y eso le duele. Se está liberando de esa nostalgia y el dolor.

Para su catarsis, Neruda no sólo usa la retrospectiva, sino también la prospectiva. Con una visión a futuro se libera. En su poema Farewell, lo hace.

“Desde el fondo de ti, y arrodillado, un niño triste, como yo, nos mira”

Este es el inicio del poema. Hasta el momento nos dice que en el fondo de ella, hay arrodillado un niño triste. Probablemente nos habla de una mujer que está en embarazo. ¿Y por qué el niño está triste?

“Por esa vida que arderá en sus venas, tendría que amarrarse nuestras vidas”

Haciendo referencia a la mujer que está en embarazo, da la primera muestra de la catarsis. Dice que ésa vida que allí se forma, tendría que unirlos. ¿Acaso estaban separados? Quiero recordar el título del poema, Farewell, el cual significa bienestar. Entonces, preguntarnos si están o no separados, no respondería al motivo de la catarsis, pero si nos preguntamos por el bienestar, podemos ver el motivo de su catarsis. Si este niño que está triste tendría que unir la vida de ellos, i,plica que la unión de ellos le asegura un bienestar al niño. Neruda, en su catarsis, se libera, y nos dice que para que un niño esté seguro debe estar con sus padres unidos. Pero todo esto es aparente. Él No lo quiere; y más que no quererlo a él, no la quiere a ella.

“Yo no lo quiero, Amada”.

Para que nada nos amarre, que no nos una nada”

Acá retorna el tema de la separación. No estaban separados, pero él ya no la quiere. Sin embargo, no lo ha dicho todo. Su catarsis aún no se ha completado.

“Yo me voy. Estoy triste: pero siempre estoy triste.

Vengo desde tus brazos, no sé hacia dónde voy.

Desde tu corazón me dice adiós un niño.

Y yo le digo adiós”

Acá Neruda nos deja la duda. Él se mueve entre el quererla a ella o no. En un comienzo parece que lo único que tenía que unirlo es el niño, pero al final, quizás el peso de ser padre lo hace separarse de ella, su Amada, y de su hijo.

¿Y por qué el niño estaba triste? El niño, al igual que él, como padre, siempre será alguien triste, pero esta vez por el abandono del mismo padre.

En esta catarsis, libera la pena de haber abandonado a su Amada, por el peso de su hijo. Esta purificación la empieza en una prospectiva, ve que ese niño que se forma en el vientre de su Amada es el único que tiene que unirlos, pero cuando regresa al presente, se libera al decir que la causa por la que deja a su Amada, es por la misma que en un principio los tenía que unir.

Ahora vendrá lo que yo le diré, y no por ser el creador de este concepto (si es que así se les puede llamar) una catarsis generacional. ¿Cómo catarsis generacional? En el poema que viene, Neruda no sólo se libera él mismo, sino que trata de liberar muchas generaciones. El poema es Alturas de Machu Picchu.

“Sube conmigo, amor americano.

Besa conmigo las piedras secretas.

La plata torrencial del Urabamba.

Hace volar el polen a su copa amarilla”.

Este primer cuarteto del poema doce de Altura de Machu Picchu, se advierte un deseo de catarsis, porque invitan a todas las personas que amaron, aman, y amarán a América, que besen todas las construcciones caídas, las ruinas, con él. Luego de esta invitación, se pregunta:

“Piedra en la piedra, el hombre ¿dónde estuvo?

El aire en el aire, el hombre ¿dónde estuvo?

Tiempo en el tiempo, el hombre ¿dónde estuvo?

Es válido pensar que las preguntas son una forma de catarsis. Neruda quiere sbaer dónde ha estado el hombre, luego de tantas guerras, de la decadencia de las ruinas que más que ruinas materiales, son ruinas culturales. Las herencias culturales penden de las alturas de Machu Picchu. Algunos ya se han caído, pero aquéllas que penden, el hombre no las ha salvado. Incluso, en el pasar de los tiempos dejaron que se deterioraran más.

En el último poema, Neruda no tiene tiempo en su catarsis, va y viene. Pero se purifica mediante preguntas que, a la espera de una respuesta, se quedan sólo como una forma de liberación, y esta liberación (como las dos anteriores) nos llega con esa fuerza poética de dolor y nostalgia.


Escrito por

Camilo Peláez

Universitario. Poco que decir, mucho que escuchar. Contacto: pelaez.camilo96@gmail.com


Publicado en

Letras para corregir.

Y nadie dijo que las letras fueran buenas.