Tardíamente me refiero a Gabo. No tenía pensado hacerlo. Primero, porque su literatura es poco de mi gusto; aunque hay dos libros que me sorprendieron y me gustaron de verdad: El amor en los tiempos del Cólera, y Del amor y otros demonios. Pero reconocer debo, a pesar de mis distancia con su literatura, que con él se va un gran referente, no sólo para la literatura colombiana, sino, también, para la universal. 

Más de dos días y el mundo se ha ido llenando de falsas lágrimas por la muerte de Gabo. Mucha gente que, en su desconocimiento cultural, ignoraban quién era él. Digo lágrimas falsas, porque son pocas personas las que, sin ser cercanas al escritor, lo querían de verdad; por su literatura, por sus testimonio, por su forma de pensar... Y está bueno; natural es del hombre, que cuando suena algo en los oídos generales de la humanidad, él quiera hacer parte de él. 

Ahora las librerías se están haciendo de un buen lucro por los manoseadores que irán a comprar Cien años de soledad; y saldrán corriendo a decirle a la persona más cercana que han leído la obra más reconocida de Gabo, y que es lo mejor que por sus ojos haya pasado. ¿Y el respeto? Repito, mi relación con la literatura de Gabo no fue la más cercana, pero bien dicen por ahí, que uno está más cercano de lo que no le gusta, que de lo que ama. 

Y así me pasa. Estaba más cercano de Gabo, por el poco gusto que le tengo, que por Pavese, sabiendo el mucho aprecio que le tengo. Retorno a mi argumento inicial. No pretendía decir nada para Gabo, porque ahora lo que sobran son palabras de "cariño" y de "respeto" para él, pero no hay silencio. 

Debo reconocerlo, me dolió la muerte de Gabo. ¿Quién me va a gustar tan poco como él? ¿A quién voy a leer con tanta dedicación para seguir encontrando motivos y decir que no me gusta? Con toda sinceridad, estas palabras que para algunos resultarán ruidosas, quiero hacer un silencio, y me gustaría que los gustosos de Gabo también lo hicieran para poder dejarlo descansar. Tendrán muchos años más para leer sus obras, y evitar el manoseo.